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Yenny Leal

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FOTOGRAFIA ©DIEGOFORSTER

Durante toda la vida desde que he tenido uso de razón me he cuestionado el porque debemos seguir unos estereotipos impuestos por una sociedad, quien los creo y porque son tan importantes en general para todas las personas que habitamos en ella; tratando de luchar contra estos estereotipos pero tal vez perdiendo la batalla porque día a día te acondicionas que es así como debes estar que es así como debes seguir durante toda la vida, pasa que de pronto te sales del peso ideal y desde tu familia hasta tus amigos empiezan a verte diferente a hacer comentarios como: has subido de peso, antes estabas mejor, deja de comer tanto, haz ejercicio, cómprate una faja, entre otros. Es hay donde empiezas a cuestionar que pasa a qué se debe que hayamos sido sometidos a un solo pensamiento a una sola manera de ver las situaciones, los cuerpos, las mujeres. Y como desde cada acción que emprendemos podemos ir cambiando está situación, como podemos ir poniendo un grano de arena, para todas las nuevas generaciones que vienen, como hacer entender a padres, madres y/o cuidadores que las palabras tienen poder y como afecta esto al diario vivir de cada persona, es por eso y por tantas razones que desde mi que hacer como Trabajadora Social he decidido aportar generando conciencia que no se debe criticar a niños y niñas que hay que dejarlos ser y hacer si queremos que nuestra sociedad cambie, porque así suene a frase de cliché efectivamente ellos serán quienes habitarán este mundo en unos años y serán ellos quienes sigan estás costumbres de hoy o definitivamente rompan el círculo de violencia. Yo durante varios años en mi vida tal vez desde que tenía 10 años tuve que aguantar que fuera por la calle y cualquier hombre se creyera con el derecho de tocar mi trasero, ir en bus de servicio público con uniforme y que de pronto sintieras una mano en medio de tus piernas, tener que ver hombres masturbándose en medio del transporte porque se le dió la gana, ir caminando en medio de cualquier calle y que te acorralen para manosearte tus partes íntimas, y aún así cuando subí de peso tener que aguantarme que cualquier hombre que pasaba en la calle me dijera que estaba gorda, que caminara más rápido para hacer ejercicio, eso en algunas ocasiones ha puesto a prueba mi paciencia y mi autoestima. Pero aquí estoy dispuesta a seguir adelante a ser consciente que soy hermosa como soy que si bajo de peso es por mi propia convicción, porque lo necesito para mi salud, pero no porque otro me lo diga o le guste como me veo. Por eso a través de estas fotos quiero reivindicarme como mujer y ser inspiración para otras, hacer un eco en ellas y decir no más a la violencia emocional, psicológica, física ni para nosotras ni para nuestras futuras generaciones.

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